MATRIMONIOS GAY

>> sábado, 16 de enero de 2010



El matrimonio es una institución creada por Dios, que significa una alianza entre un hombre y una mujer. Igualmente, la sociedad, universalmente reconoce el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer y la base de la familia. El matrimonio, tal como Dios lo concibió es absolutamente heterosexual, ya que El creó a un hombre y a una mujer para que se unieran y multiplicaran la raza humana, lo cual sería totalmente imposible si las dos personas que se unían hubieran sido del mismo sexo. Dios jamás sugirió siquiera que El aprobaba la unión de personas del mismo sexo, al contrario, El desaprueba esto y lo llama aberración.
¿Por qué el hombre quiere cambiar todo lo que Dios ha hecho? Se destruye la naturaleza, los hombres se creen dioses, se busca el origen del mundo en la ciencia, se hacen leyes en contra de los designios de Dios, etc. "Ustedes son de vuestro padre el diablo y los deseos de su padre quieren hacer", dice en el libro de Juan (8:44). El diablo quiere destruir lo que Dios ha hecho... los hijos siempre buscan imitar a sus padres, es una conclusión lógica.
Aceptar los matrimonios homosexuales es cambiar los designios de Dios. ¿Qué ser humano tiene este derecho? La sociedad está cediendo en algunos países y están cambiando las leyes de acuerdo a los nuevos pensamientos. En México se aceptan los matrimonios homosexuales en algunos estados. Los homosexuales reclaman que tienen derecho a casarse, ¿quién les da ese derecho? ¡Dios no!. Se lo dan ellos mismos. No tienen derecho a cambiar la sociedad y mucho menos los designios de Dios.
¿Qué responderemos a nuestros hijos cuando pregunten qué es el matrimonio, si la sociedad acepta estas alianzas entre personas del mismo sexo? Tendrán serias dificultades para comprender por qué si antes algo se consideraba malo, ahora se considera bueno. La moral en muchas partes del mundo va en decadencia (en algunas ha caído por completo) Por las ideas y modo de vida de unos cuantos, no deben cambiar las leyes ni la moral de los países.
Ahora llaman "homofóbicos" a quienes están en contra de los matrimonios gay. Los cristianos no podemos estar de acuerdo con la legalización de los matrimonios homosexuales, no lo podemos aceptar como algo bueno, porque sabemos que no lo es. Pero tampoco podemos manifestar fobia a los homosexuales, porque Jesús nos mandó amar a nuestro prójimo. Dios aborrece el pecado, pero ama al pecador, este ejemplo es el que debemos seguir. Aborrecemos las prácticas de estas personas, pero los amamos como criaturas de Dios.
Dios puede cambiar a una persona, pero siempre que ella quiera, sin su consentimiento no. Si un homosexual quiere dejar de serlo y se lo pide a Dios de corazón, sinceramente, Dios se lo concede. Pero muchos no quieren reconocer que no están bien, no quieren cambiar, dicen ser felices así. Pero esto no es verdad, nadie que sea rechazado por la sociedad puede ser feliz, por lo tanto, en lugar de querer cambiar ellos, ahora quieren cambiar a la sociedad, para que ésta no los rechace y estorbe su felicidad.
El sexo de un ser humano, se determina al momento mismo de la concepción, por lo tanto nadie puede decir que es homosexual de nacimiento. Esto es una excusa inaceptable física y moralmente, para justificar su conducta antinatural. Si sus cromosomas indican que es hombre, su conducta debe ser masculina y si sus cromosomas indican que es mujer, su conducta debe ser femenina, y no hay vuelta de hoja. No hay tal como "preferencias sexuales", como se dice ahora, todos los seres humanos fueron hechos para sentirse atraídos por el sexo opuesto al suyo.
Con la legalización de los matrimonios homosexuales, se distorsiona toda la sociedad y es un crimen permitir que una pareja homosexual adopte a un niño. Ese niño o niña crecerá en medio de una confusión que le hará mucho daño y es muy probable que también se desvíe por el mal ejemplo que recibiría de sus "padres" o de sus "madres". Pero hoy en día, todo lo que tenga que ver con ir en contra de lo establecido desde que la humanidad existe, está de moda. Es tener un "amplio criterio", es ser tolerante, es ir con la época. La Biblia es un libro pasado de moda, dicen, y claro, muy conveniente decir esto a quienes van en contra de lo que Dios dice en Su Palabra. Pero digan lo que digan, la Biblia nunca pasará de moda, siempre estará vigente y Dios no cambiará sus estatutos. Lo que El dice que está mal, estará mal siempre, sea la época que sea. El homosexualismo es un pecado grave y es castigado por Dios, pero El puede hacer una transformación maravillosa en cualquiera que se lo pida de corazón.

¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales... 1 Corintios 6:9 NVI
Angélica García Sch.

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