YA ES HORA DE RECREO

>> sábado, 16 de enero de 2010


¡Qué bonita es la hora del recreo! Al sonar el timbre, los escolares en tropel salen al patio de recreo. Ahí pueden correr, jugar al futbol, gritar o simplemente comer sus taquitos o los tronadores chicharrones. Es hermoso oírlos en su barullo divertido entre risas, juegos, saltos y una que otra pelea infantil. ¡Qué distinta se vuelve la vida cuando nos convertimos en adultos! Algunos nos tomamos la vida demasiado en serio y eso nos acarrea resentimientos y frustraciones innecesarias. Los adultos, en su mayoría, trabajan desde que canta el gallo hasta que canta el grillo. No se toman un respiro para acordarse de Dios, que les dio el privilegio de seguir viviendo. Se nos va la vida creyendo que por nuestros méritos y fuerza podemos lograr nuestras metas. Recordemos que es nuestro Amado Creador quien nos da la fuerza y la inteligencia para salir adelante. Muy a menudo nos quedamos en el "salón", castigados por el complejo de culpa, por nuestra timidez, resentimiento o amargura, que vienen a consecuencia de nuestros pecados y también porque nos falta amor a Dios y a nuestro prójimo. Las cargas agobian nuestro corazón y no logramos disfrutar el tiempo de esparcimiento que Dios ha provisto para cada uno de nosotros. Vamos de compromiso en compromiso, muy ocupados en lo terrenal, sin preocuparnos por engrandecer nuestra amistad con Dios. Lo espiritual se reduce a un tiempo muy breve los Domingos, si es que no hay partido de algún deporte, o no hay ropa que lavar. Sin embargo, en nuestro corazón está latente la insatisfacción, un vacío, un hastío, como si estuviéramos conscientes de que hay algo más en la vida, que no atinamos a alcanzar. Frecuentemente sentimos un gran dolor en el alma, que no nos deja ser felices. Tal vez se deba a la pérdida de un ser querido, de un trabajo, de una ilusión. Existen tantos motivos por los que se puede sentir tristeza o depresión, sin embargo, tomemos un momento para leer lo escrito en Isaías 53:4 "Y sin embargo fue nuestro dolor el que El sufrió, nuestras penas las que lo agobiaron. El fue herido y maltratado por los pecados nuestros. Se le castigó para que nosotros tuviéramos paz; lo azotaron ¡y nosotros fuimos sanados!" (Versión Biblia al día).
¡Animo, mis queridos lectores! El Señor Jesucristo hizo todo para que pudiéramos salir de esa aula de tristeza, enfermedad y sombras, para experimentar la plenitud de gozo y las delicias que solo se encuentran junto al Hombre más maravilloso y bueno que ha existido. Cristo ya nos abrió la puerta para salir a lugares espaciosos, llenos de luz. En los brazos de Jesucristo estás seguro y por fin te puedes sentir libre, feliz, ligero. Leyendo la Biblia serás cada vez más positivo, más amistoso y cordial. Sal a recreo, mi amiga y tú también mi amigo, y respira esa brisa fresca que viene del Espíritu de Dios, quien nos da vida en abundancia.

Cordialmente
Judith E. Patiño N.

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