ES TU DECISION

El 2009 fue un año magnífico... ¿magnífico? ¿Y la economía, y la inseguridad y la...? SÌ, volvemos a decir: ¡fue un gran año! Pienso que nosotros, los cristianos, somos los contadores de milagros, de prodigios, de cosas que parecían imposibles de alcanzar. Contadores porque contamos a los demás como fue que el Señor nos ayudó y contamos Sus maravillas una por una, porque Dios nos regala favores y misericordias cada día. No seamos de los historiadores que solo se acuerdan de los días grises, lluviosos o airosos, que nos calan hasta los huesos. Mejor sería parecernos a Josué y a Caleb, quienes eran personas positivas, optimistas, seguras de que Dios las ayudaría, viniera lo que viniera. ¡Qué agradables son las personas que nos dan ánimo y nos recuerdan lo Glorioso y Poderoso que es nuestro Dios! Son conocedoras de las promesas de Dios y disipan nuestro temor o desánimo. Nuestro pastor nos mencionaba que ya había muchísimas voces en el coro de "Adulam", ¿qué coro es éste? Bueno, hace referencia al pasaje del Antiguo Testamento, donde David encuentra en la cueva de Adulam a 400 hombres, con las siguientes características: afligidos, endeudados y amargados de espíritu (1 Samuel 22:1-2) Imagínese, amable lector(a), cómo se orarían sus cantos ¡Uf! Sin embargo, David, aunque se encontraba entre ellos, no dejó que sus difíciles circunstancias lo abrumaran, sino que en sus salmos siempre pone su confianza en el Dios de su salvación. He decidido formar parte del coro donde se le da gloria a Dios, donde mi corazón agradecido canta alabanzas al Único Dios que ha estado conmigo en todo momento. Sinceramente no tengo nada que pueda ofrecerle a Dios, más que un corazón agradecido, plenamente convencido de Su amor y misericordia. Únete al coro de alabanzas, no seas de los desafinados que insisten en declarar lo difícil que es esta vida. Jesús ya dijo que en el mundo tendríamos aflicción, pero que confiáramos porque El ya lo ha vencido. Jesús es realista, es por eso que nos consuela con esas palabras de Juan 16:33
Dios permita, amable lector(a), que el 2010 sea un año de grandes triunfos para usted y los suyos. Un año en el que estemos rodeados de la paz y misericordia que solo provienen de Dios. Deseo que el Señor de gloria le dé hambre de Su Palabra y le dé compasión y pasión por la salvación de las almas. Que el Dios Trino nos utilice para Su gloria y todos seamos instrumentos en Sus manos, siendo obreros útiles y aptos para toda buena obra. Es mi anhelo que el 2010 sea un año de deseos alcanzados, sanidades recibidas y sabiduría otorgada sin medida. Que la dicha y la paz se estacionen en su corazón y el Espíritu Santo le otorgue un don nuevo. ¡Así sea! Le doy las gracias por tantos momentos que hemos compartido y por su valiosa atención.
Su amiga:

Judith Patiño