Estudio: DECIDE TU MISION

>> viernes, 12 de marzo de 2010


La edición pasada reflexionamos acerca de una de las preguntas más importantes que podemos hacernos: ¿Qué voy a hacer en la vida? Lo primero que tenemos que hacer es decidir cuál será nuestra Función, (¿Qué voy a ser?) para luego decidir cuál será nuestra Misión (¿Qué voy a hacer?). Ya que tenemos respuesta para la primera pregunta, ¿Cuál será nuestra Función?, buscaremos hoy respuesta para la siguiente: ¿Cuál será nuestra Misión en esta vida?
¿PARA QUE ESTOY EN ESTA VIDA?
Ec. 2:11 dice: ¡Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol!
Solamente tenemos una vida y un tiempo para vivirla, así que debemos pensar muy bien en qué la invertimos, ya que no tenemos otra, ni tendremos oportunidad de dar marcha atrás al tiempo para corregir nuestros errores. Escribimos sobre un libro llamado vida, con tinta indeleble llamada acciones. Ninguna página escrita puede ser borrada para escribir nuevamente, lo único que podemos hacer es tomar una hoja nueva para escribir lo que no hemos escrito antes pero, ¡recuerda que el número de páginas es limitado!

¿Cuál será mi Misión en esta vida? Hay 4 posibles respuestas:
1. PUEDO VIVIR SIN UNA MISION
¡¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?! Ec.1:3
La persona que no tiene una misión en la vida, más que vivir, existe. Es la persona que no tiene propósitos, no tiene metas ni estrategias para alcanzar algo. Simplemente vive el ciclo de la vida. Cada día hace lo mismo: duerme, come, trabaja, se divierte. Ve pasar la vida sin encontrarle significado alguno. Una persona así vive para satisfacer sus necesidades básicas nada más; alimenta a su cuerpo pero descuida su alma y su espíritu. Como dijera Pablo Neruda: ¡Suceder así no tiene gloria!

2. PUEDO TENER UNA MISION INTRASCENDENTE
¡Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol! Ec. 2:11
Hay personas que dedican su vida a satisfacer sus necesidades y deseos, pero sin hacer algo que mejore la vida de otros, o en beneficio de su comunidad. Hay quienes ponen en primer lugar de su vida el satisfacer sus deseos, pero pueden encontrarse al final de su camino, tan insatisfechos como el sabio Salomón, quien aunque dijo: ¡No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan!, descubrió que todo lo que había gozado era vano y sin provecho alguno.
Estas son algunas de las MISIONES INTRASCENDENTES Y SUS RIESGOS
· VIVIR PARA DIVERSION Y PLACER. Caer en vicios
· VIVIR PARA TRABAJAR. Descuidar a Dios y a la familia
· VIVIR PARA COMER. Caer en glotonería y enfermedad
· VIVIR PARA HOLGAZANEAR. Caer en pereza y sedentarismo
· VIVIR EN SOLEDAD Y AISLAMIENTO. Caer en depresión y amargura
REFLEXION: El que tiene una misión intrascendente en la vida no difiere mucho del que no tiene ninguna misión, al final el resultado es muy similar: pasarán de esta vida sin dejar huella y con las manos vacías para presentarse ante quien les dio todo.
3. PUEDO TENER UNA MISION EQUIVOCADA
¡Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte! Pr. 14:12
Hay personas que creen que pueden obtener lo que desean aprovechándose del trabajo de otras personas. Estas personas confían en su habilidad para hacer lo malo, y en la debilidad de las leyes o de los encargados de aplicarlas. Aunque parece ser que los malvados prosperan y pareciera que no hay consecuencias para sus fechorías, la verdad es que un día tendrán que responder por todo lo malo que han hecho, si lograran evadir la justicia humana nunca podrán evadir la justicia divina. La senda de los malos perecerá. (Sal. 1:6b).
Estas son algunas de las MISIONES EQUIVOCADAS
Y SUS CONSECUENCIAS
· INFRINGIR LA LEY DE DIOS Ruina espiritual
· ROMPER PRINCIPIOS MORALES Decadencia moral
· ROMPER LAS LEYES CIVILES Problemas con la justicia
· ENGAÑAR A OTROS Reputación Destruida
· APODERARSE DE BIENES AJENOS Maldición y destrucción
REFLEXION: El que tiene una misión equivocada en la vida quizás no sabe que tendrá que dar cuenta de sus actos; tarde lamentará haber echado por la borda el tesoro de la vida que Dios le dio. De Dios nadie se burlará.
4. PUEDO TENER UNA MISION DE TRASCENDENCIA
¡Jehová cumplirá su propósito en mí! Salmos 138:8
La vida que trasciende no es la vida que se gasta en sí misma, sino la vida que se invierte en los demás. ¿Cómo puedo enfocar mi vida a una misión que tenga trascendencia? La única manera de lograrlo es cumpliendo el propósito para el que fui creado. Si Dios me hizo para tener comunión con El, entonces mi vida no será plena hasta que cumpla ese propósito; si Dios me hizo para administrar sabiamente lo que El ha puesto en mis manos, entonces yo debo ser un mayordomo fiel de todo lo que he recibido, ya que daré cuenta de ello. Hay una formula muy sencilla que nos ayudará a que nuestra vida tenga una misión de trascendencia, consta de solo 3 pasos:
1. Vive cerca de Dios.
2. Vive cerca de tu familia
3. Vive cerca de la gente.
Si Dios es quien te hizo y es a El a quien vas a rendir cuentas, y es en Su presencia donde vas a vivir para siempre, ¿No te parece prudente consultarlo para saber Su voluntad para tu vida y una vez que la conozcas, entregársela a El sin reservas?
REFLEXION: Dios tiene una misión trascendente, la más grande que jamás haya existido, ¿No sería maravilloso que tú fueras parte de esa misión?

Pbro. Jonás Álvarez Armenta

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