TERREMOTO, CUANDO LAS PIEDRAS GRITAN

>> viernes, 12 de marzo de 2010


Ya hace algún tiempo que los acontecimientos mundiales nos están mostrando que estamos viviendo los tiempos que Jesús señala a sus discípulos, cuando ellos le preguntan cuál será la señal de su venida y del fin del mundo. "...Habrá hambres y terremotos por todas partes" dice el Señor, también dice que habrá mucha maldad, habrá guerras y rumores de guerras y también dice que surgirán muchos falsos profetas que engañarán a muchos, que muchos se apartarán de la fe y "Todo esto será apenas el comienzo de los dolores".
Se dice que los terremotos son el desastre natural que causa más muertes. Un estudio auspiciado por la O.N.U. sobre los desastres naturales, sostiene que en los 3.852 acontecimientos registrados, el 60% de 780 mil muertes ocurridas, fue a consecuencia de un temblor de tierra.
Ocho de las diez ciudades más pobladas en el mundo están construidas sobre fallas geológicas. Estas ciudades son: Tokio, México D.F., Nueva York, Bombay, Nueva Delhi, Shangai, Calcuta y Yacarta. Así es que los habitantes de estas ciudades están en constante peligro, esto es lo que dicen los geólogos. Pero Puerto Príncipe (Haití) no estaba en la lista y sin embargo acaba de ocurrir un terrible terremoto en el mes de Enero, que asoló la ciudad y provocó muchísimas muertes. Una nación muy pobre, que conmovió al mundo, a causa de esta tragedia sorpresiva. Pero aparte de pobre, Haití es una nación llena de ocultismo, en donde se practica mucho el vudú y otras cosas por el estilo, cosas que no agradan a Dios. Pero El es misericordioso y hubo milagros de vida en Haití, a pesar de todo, durante el trabajo de rescate.
El terremoto de Haití es un llamado de atención, un llamado al arrepentimiento a todas las naciones. Dios tiene poder sobre las fuerzas de la naturaleza, ellas son Su voz, para decirnos: "¡Arrepiéntanse de sus caminos equivocados!" "...Pues cuando tus juicios llegan a la tierra, los habitantes del mundo aprenden lo que es justicia", dice Isaías 26:9b. ¡Las piedras han de gritar lo que nosotros no hablamos! Cuando los discípulos de Jesús, se pusieron a alabar a Dios, a gritar eufóricos, los fariseos le dijeron que los reprendiera, a lo que Jesús respondió: "Les aseguro que si ellos se callan, gritarán las piedras". (Lucas 19:40) ¿Tuvieron que gritar las piedras en Haití, porque la iglesia de Cristo está callada? ¿Las piedras clamaron a falta de voces que prediquen el evangelio, en ese lugar tan corrompido por el ocultismo? Muchos de los que se autodenominan discípulos de Cristo, en el día de hoy, no evangelizan, permanecen callados. Llevan una vida cristiana cómoda, de domingo, en sus templos con aire acondicionado, mientras en lugares como Haití, la gente se hunde en sus prácticas abominables y se muere sin Cristo. El entregar nuestra vida a Cristo, hacemos un compromiso, que es obedecer a la Palabra de Dios y ella nos manda ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura. ¡Iglesia despierta! ¡Que las piedras no tengan que gritar porque permanecemos callados! Nosotros tenemos el compromiso de decirle al mundo que hay esperanza en Cristo, que hay salvación, ¡que hay un camino que parece derecho al hombre, pero su fin es de muerte!, que deben volverse de esos caminos equivocados y tomar el camino de la verdad, el único camino que lleva al Padre: Jesucristo.

Nota: Antes de la publicación de este ejemplar de la revista, sucede otro terremoto y de mayores proporciones en Chile, por lo que estamos obligados a agregar esta nota. Demasiado pronto, el mundo aun no se repone de lo de Haití. ¿Quién puede negar ahora que las profecías bíblicas se están cumpliendo?
Ángélica García Sch.

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