¿POR QUE HAY TANTA VIOLENCIA EN EL MUNDO?

>> viernes, 12 de marzo de 2010


El terrorismo, la violencia, la codicia, las contiendas entre los seres humanos, todas aquellas acciones que azotan y han azotado al mundo en todas las épocas, provienen del corazón del hombre. La solución más eficaz a un problema es ir a la raíz del mismo, por lo tanto tratándose del problema del terrorismo, la raíz está en el corazón de la humanidad. ¿Qué hay en el corazón de aquellos que practican actos de violencia contra sus semejantes? Algo seguro es que no hay paz. Un corazón no tiene paz por diferentes razones, está herido, guarda rencor, ira, rebeldía, resentimiento, miedos y sobre todo soledad y falta de amor. Las causas pueden ser diversas, pero lo que predomina es una niñez infeliz. Muchas personas que crecieron en medio del desamor, la injusticia, el abuso, el maltrato, el sufrimiento, se vuelven personas resentidas, y muchas veces ese resentimiento se vuelve tan grande que lo vuelcan en contra de toda la sociedad. Guardan tanto dolor e ira dentro de sí mismos que de alguna manera tienen que desahogar esos sentimientos. Por lo tanto, para erradicar no solo el terrorismo, sino muchos males de este mundo, haría falta en primer lugar que las heridas de muchos corazones sanaran. Haría falta que todos los niños que nacen en este mundo, tuvieran padres que los amaran y les enseñaran buenos principios. Cosa muy difícil.
Pero por otra parte hay muchos padres que no maltratan a sus hijos físicamente y les dan todo lo que el dinero puede dar, pero descuidan lo principal, que es su amor, su compañía, su interés en lo que piensan y lo que sienten. Estos niños y jóvenes también crecen en desamor y también son propensos a convertirse en personas llenas de resentimiento. Hay miles de casos, tanto del primero como del segundo ejemplo, pero todos tienen un común denominador: un corazón herido. Así como los padres, las naciones enteras deberían poner más atención a lo que pasa dentro de las personas, de los niños, de los jóvenes, en las escuelas, en los trabajos, etc.
Algo muy importante es lo que entra en la mente de los niños y jóvenes. Somos una generación en la que los medios de comunicación son parte de nuestra vida y ¿qué es lo que éstos muestran hoy en día?: violencia y más violencia. El cine, la televisión, los videojuegos, están teñidos de sangre. Es imposible mantener dentro de una burbuja de cristal a nuestros hijos para que nada de esto los toque, pero al menos, los padres deberíamos prestar más atención a lo que los hijos ven o leen o escuchan. Ser selectivos en una palabra. Todas estas cosas influyen, en menor o mayor grado, según el caso. A todos los adolescentes que han cometido actos de terrorismo se les ha comprobado que son asiduos a juegos de video violentos o que aprendieron a hacer bombas en el internet, etc. Comprobamos una vez más que el problema está en el corazón del hombre, puesto que lo que entra a la mente del hombre se aloja en su corazón. Si las nuevas generaciones solo ven violencia, aprenderán a hacer violencia. Quizá sea muy difícil encauzar la solución al terrorismo actual, hacia las raíces. Quizá desgraciadamente, la única solución inmediata sea acabar la violencia con la violencia, pero lo que sí se puede hacer es tratar de prevenir que esta no sea la solución para las generaciones futuras. Que no es tarea fácil?, por supuesto que no, pero sin ir a la raíz del problema, sería como tapar una herida sin lavarla y desinfectarla primero, lo que pasaría es que esa herida se infectaría cada vez más debajo de la venda y terminaría por ocasionar la muerte.
Jesús vino a este mundo a enseñarnos a vivir en paz. La mejor fórmula para vivir en paz unos con otros está escrita en Juan 15:12: "Y éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado". Ningún remedio contra la violencia puede ser más eficaz que el amor, el amor repele la violencia. Y no esperemos ser amados, ¡demos amor! Jesús fue el más grande pacificador, El no esperaba que lo amaran, El daba amor aunque recibiera ofensas. ¿Por qué toda la humanidad desea la paz y no la logra? ¡Cada individuo necesita dar más amor! El amor purifica el corazón, lo limpia de impurezas como el odio y el rencor, lo desinfecta de todos esos agentes patógenos morales y emocionales, que lo dañan. Jesús nos manda amar a nuestros enemigos, El amó a sus enemigos, pidió al Padre por ellos. Amar a quienes nos aman, no tiene ningún mérito, como dice la Palabra, así que comencemos el año proponiéndonos dar amor a ojos cerrados, ¡un poquito cada día hasta acostumbrarnos!

El Señor examina a justos y a malvados, y aborrece a los que aman la violencia. Salmo 11: 5
Angélica García Sch.

2 comentarios:

Anónimo 11 de mayo de 2014, 8:34  

que respuesta mala re-mala mas mala que la malda

Anónimo 19 de enero de 2016, 19:20  

en respuesta al anonimo del 11 de mayo.

creo que la respuesta es muy acertada, el problema es que en la vida hay solo dos caminos el bueno y el malo, y usted ya sabe por cual va?

saludos y que madure pronto

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