Página de los niños LAS REGLAS SON BUENAS
>> lunes, 26 de julio de 2010
A Manuel no le gustaba que nadie le dijera como hacer las cosas. Protestaba por todo lo que le decían sus padres y sus maestros. Por más que su mamita le explicara que era por su bien lo que le pedían, él no quería entender. Una noche, después de uno de esos regaños de sus padres, decidió que al siguiente día rompería todas las reglas que le pusieran y así demostraría que era más fácil y divertido vivir sin ellas.
Amaneció y no quiso lavarse los dientes. No quiso almorzar, prefirió comerse todo un paquete de dulces y un vaso con nieve. En lugar de irse a la escuela, se fue a un lugar donde tenían maquinitas de juegos. Todo iba muy bien, parecía divertido romper los límites, pero de repente todo cambió. Una jovencita muy bonita se le acercó y le hizo plática. Cuando él le respondió, de su boca salió un olor desagradable que lo incomodó muchísimo, así que prefirió mejor no hablar y la joven se dio la vuelta y se fue. Pensó él; debí lavarme mi boca, que vergüenza tan grande. Todavía pensaba en eso, cuando en su estómago se escucharon ruidos y su estómago empezó a dolerle a causa de unos retortijones, pues los dulces y la nieve matutina, le provocaron un terrible malestar, así que tuvo que regresarse a casa. La escuela había reportado su falta a su mamá y la encontró llorando, sintió tan feo haberle hecho daño a quien solo le hacía bien. Y para cerrar con broche de oro, al siguiente día al ir a la escuela, se dio cuenta de que estaba reprobado por no presentar el examen del día anterior.
Las reglas, son límites necesarios en nuestra vida. Tienen el propósito de no dejarnos hacer cosas que tarde o temprano nos lastimarán o avergonzarán. Si las obedecemos, nuestra vida será más larga y buena.
Dios también tiene sus reglas, se llaman mandamientos. Los escribió El mismo sobre dos tablas y se las dio a Moisés, para que su pueblo fuera bendecido. Se encuentran escritos en la Biblia. Dile a tus papás que te ayuden a buscarlos y completa las frases. Apréndelos, obedécelos y serás muy feliz.
Marisa Valle.
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