EL LENGUAJE BIBLICO
>> jueves, 10 de septiembre de 2009
Cuando amamos a Dios y estamos familiarizados con Su Palabra, nos acostumbramos a usar términos y expresiones bíblicas dentro de nuestro lenguaje habitual. Es curioso como el lenguaje bíblico llega a ser parte de nosotros. Por ejemplo, hace unos días, en la ventana del msn, hasta abajo decía: "Obtén tu dominio propio por $120 pesos al año"... Al leer estas dos palabras: "dominio propio", inmediatamente me vino a la mente uno de los dones del Espíritu Santo, pero claro los dones del Espíritu Santo no están a la venta, así es que pasado ese segundo de confusión, pude darme cuenta de que se trataba de la venta de un dominio en internet. Pero lo que queda demostrado es que nuestra mente trabaja instantáneamente con lo que le es más común o con lo que la ponemos más a menudo a trabajar y en cosa de milésimas de segundo, nos lleva hacia allá. Es unamaravilla. Si la Palabra de Dios es en lo que con mayor frecuencia pensamos, si nos hemos familiarizado con ella, nuestra mente va a estar constantemente asociando palabras e ideas con la Palabra de Dios, porque la llevamos grabada en la mente, pero también la debemos llevar grabada en el corazón "En mi corazón atesoro tus dichos, para no pecar contra ti" (Salmos 119:11 NVI).
Dice la Biblia que de la abundancia del corazón habla la boca (Mateo 12:34) y como en todo, tiene razón. Una persona llena de amargura solo va a hablar cosas negativas, nunca oiremos hablar de lo bello de la vida a una persona amargada. Una persona materialista solo la oiremos hablar de dinero, de marcas de ropa, etc. Es fácil entonces darse cuenta de cómo es una persona por lo que habla. Un verdadero cristiano se debe "delatar" por su conducta y también por su lenguaje. Esto no quiere decir que va a estar citando versículos bíblicos todo el día a todo el mundo, sino que en su manera de hablar se debe notar que en su corazón está el amor de Dios.
"Así que ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre". Hebreos 13:15 (N.V.I.)
Angélica García Sch.
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