DESASTRES NATURALES

>> lunes, 13 de septiembre de 2010


Cada vez que un desastre natural asola algún lugar, cientos de personas resultan afectadas y se crea un ambiente de temor e incertidumbre. Muchas de estas personas se preguntan por qué Dios permite tales tragedias. Demandan la protección de Dios, pero solo se acuerdan de El en momentos como éstos. Dejaron fuera de sus vidas a Dios, lo relegaron a un último lugar, siendo que El se merece el primero. No lo toman en cuenta en sus decisiones, sus opiniones, sus costumbres, sus proyectos, no obedecen Sus mandamientos, viven a su manera, bajo su propio criterio y no el de Dios. Estas mismas personas que levantan su voz en contra de lo establecido por Dios, en medio de una catástrofe, claman por Su ayuda y protección...
Los hombres han echado fuera de sus escuelas a Dios, fuera de sus gobiernos, fuera de sus propias vidas. Han legalizado acciones que no son del agrado de Dios. Han creado religiones para calmar momentáneamente su conciencia, para sentirse "bien con Dios", ignorando que una religión no sirve para estar bien con Dios y mucho menos para salvar su alma. Pero para ellos, quien quiera vivir bajo los preceptos de Dios, respetando Su Palabra, es un anticuado. También la Biblia es un libro pasado de moda y escrito por hombres, que no es digno de crédito. ¡Tienen ojos y no ven!
Se preguntan por qué están pasando tantos desastres naturales y los que se dicen entendidos, declaran que el hombre mismo está destruyendo su planeta. Los desastres naturales son consecuencia de la propia destrucción que el hombre ha causado al planeta, lo cual es muy cierto, pero la peor destrucción que está causando el hombre en la actualidad, es su propia destrucción moral, cambiando el concepto de lo bueno y de lo malo. Si conocieran la Biblia lo sabrían, como también sabrían que todo lo que ocurre en el mundo, está profetizado en la Biblia.
Si el hombre elige vivir separado de Dios, tiene que saber que habrá consecuencias. El hombre que vive lejos de Dios está expuesto a muchos peligros de los que Dios no lo puede proteger, ya que el mismo hombre lo ha mantenido al margen de su vida. Esto no quiere decir que Dios no se duela con la desgracia humana, El lamenta mucho la desgracia humana, aun la de aquellos que no lo aman y desearía protegerlos, pero ellos tienen que acercarse a Dios para que Dios se acerque a ellos.
Así como hemos llenado de basura contaminante el planeta, lo cual provoca enfermedades, muerte y desastres naturales, así también el alma humana se ha llenado de contaminantes que provocan un gran desastre moral y el alejamiento de Dios. El planeta un día terminará siendo destruido por completo, pero Dios creará cielos y tierra nuevos; la tierra será renovada por Dios. También Dios ofrece la renovación del alma humana a través de Su Hijo Jesucristo a todos aquellos que han estado lejos de El, no importa el grado de destrucción que se hayan causado a sí mismos. El tiene el poder para controlar las fuerzas de la naturaleza y detener o desviar el huracán más agresivo y también tiene el poder para restaurar el alma más carcomida por el pecado y la maldad.
El pecado está devastando a la humanidad, el pecado es el peor desastre mundial. El hombre no tiene poder sobre la naturaleza y le teme a los desastres naturales, porque peligra su vida. Sin Dios tampoco tiene control sobre su naturaleza pecaminosa y debería tener temor de pecar, porque existe un peligro peor si peca: el de pasar la eternidad en un lugar de tormento. El hombre pecador que vive su vida lejos de Dios, también estará lejos de Dios cuando su alma deje su cuerpo terrenal, porque así lo decidió él mismo en esta vida. A esto es lo que el hombre debe temer más que a nada en el mundo. La mayoría de las personas temen al dolor y a la muerte, mas no temen pecar, siendo que el pecado trae muerte y dolor. Pero Dios es bueno y misericordioso y recibe a todo aquel que se arrepiente, lo libra de temores y le brinda Su protección.

"Pero el día del Señor vendrá como un ladrón. En aquel día los cielos desaparecerán con un estruendo espantoso, los elementos serán destruidos por el fuego, y la tierra, con todo lo que hay en ella, será quemada. Ya que todo será destruido de esa manera, ¿no deberían vivir ustedes como Dios manda, siguiendo una conducta intachable y esperando ansiosamente la venida del día de Dios? Ese día los cielos serán destruidos por el fuego, y los elementos se derretirán con el calor de las llamas. Pero, según su promesa, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en los que habite la justicia" 2 Pedro 3:10-13 NVI

Angélica García Sch.

1 comentarios:

Anónimo 11 de marzo de 2011, 6:51  

estoy totalmente de acuerdo con lo dicho, uno toma la decisión de seguir a Cristo cuando algo anda mal, pero si eso no ocurre creemos que no lo necesitamos. pero el error mas grande es acostumbrarnos a vivir sin CRISTO.

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