Página de Eva MATERNIDAD SUBROGADA
>> lunes, 13 de septiembre de 2010
Aviso: "Busco vientre de alquiler, mujer sana sin vicios, dispuesta a realizarse estudios médicos. Mi esposo y yo estamos casados hace seis años y deseamos que alguien que trate esto con seriedad y responsabilidad, nos ayude a tener a nuestro hijo/s".
Anuncios como éste, publicado en un periódico extranjero, se podrían ver en cualquier periódico mexicano a partir del primer día de Enero del 2011, si entrara en vigor la ley que ampara la maternidad subrogada o reproducción humana asistida o "vientre de alquiler", como algunos le llaman. El hombre sigue jugando a ser dios, a manipular la vida como a él se le antoja, sin tomar en cuenta al verdadero y único Dios y autor de la vida.
En el pleno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) esta iniciativa fue aprobada con nueve votos a favor y tres abstenciones. Esta ley permitirá que una mujer preste su útero para la gestación de un embrión y terminado el ciclo de nueve meses, deberá entregar el recién nacido a los padres biológicos, es decir a quienes aporten el óvulo y el espermatozoide. Deberá ser sin fines de lucro, se dice y se estableció que las mujeres sólo pueden prestar su útero dos veces. Los padres biológicos y la mujer que prestará su útero, tendrán que presentarse en la Secretaría de Salud del DF, para manifestar que desean realizar un contrato de maternidad subrogada. Los médicos determinarán si ambas partes están preparados física y psicológicamente para ello. El contrato deberá hacerse ante notario público y establecerá el compromiso de la mujer de entregar el bebé al momento de darlo a luz y los padres tendrán la obligación de recibirlo. La ley también estipula que podría interrumpirse el embarazo si hay riesgo para la mujer gestante o si hay alguna malformación en el "producto", decisión que correspondería a los padres biológicos. Es decir, que aparte de la manipulación genética, ¡también podrían ser practicados el aborto y la eugenesia!
Existen diversas formas para llevar a cabo la reproducción humana asistida y estas son: la inseminación artificial con fecundación interna, la fecundación externa a través de la fertilización “in Vitro”, la maternidad subrogada a través del arrendamiento de útero o alquiler de vientre y la clonación. No todos estos métodos son legales, pero quizá con el tiempo y a medida que aumenta la pérdida de la moral y los principios en la sociedad, los legalicen.
¿Cuál es la posición de los cristianos ante esta nueva "ocurrencia" de la sociedad actual? Por supuesto que debemos manifestarnos en contra de todo lo que sea opuesto a lo instituido por Dios. Dios estableció cómo debería llevarse a cabo la reproducción humana y nos dio una sola opción: que sea resultado del amor entre un hombre y una mujer, dentro del matrimonio. No nos dio opciones alternativas. Si así fuera, El hubiera buscado una madre sustituta para que Sara y Abraham pudieran haber tenido a Isaac, pues Sara estaba muy avanzada en años. Hubiera buscado también una madre sustituta para que María no corriera peligro de ser apedreada, al quedar embarazada de Jesús. ¡Esto hubiera sido una aberración sin nombre! Dios jamás hubiera hecho algo así, va en contra de lo establecido por El mismo. Por lo tanto, aunque la maternidad subrogada sea un acto plenamente lícito para la sociedad, no lo es para Dios. Los hijos son herencia de Dios y nadie que reciba una herencia, la da a guardar a manos ajenas.
En cuanto a que el "préstamo de vientre" deberá ser sin fines de lucro, es algo muy dudoso. Difícilmente una mujer querría pasar nueve meses de su vida con los trastornos de un embarazo, por nada. Aunque se dice que los gastos del embarazo en sí, correrían por cuenta de los padres biológicos, ¿qué otra ventaja vería la mujer a su favor? Lo más seguro es que los padres convenzan a la mujer por medio de una gratificación material. También, seguramente aparecerán mujeres con gran necesidad económica que se ofrezcan como madres sustitutas, a cambio de que les solucionen sus problemas financieros. Por lo tanto, la maternidad subrogada se convertiría en un comercio de bebés, una "maternidad a la carta". Posiblemente hasta se creen agencias que ofrezcan este servicio y proporcionen a sus clientes un catálogo de variados ejemplares de madres sustitutas. Y la mujer, por más que luche por su dignidad, se verá reducida a un objeto, a una máquina de hacer bebés, una vez más. "Mandar a hacer un bebé" no sería el propósito de matrimonios que no puedan tener hijos nada más, sería la realización de los sueños de las parejas homosexuales también. Igualmente, aquellas mujeres que no se quieren embarazar "para no perder la figura", podrán recurrir a la renta de un vientre ajeno, para tener un hijo sin afectar su cuerpo. ¡Es una aberración sin más ni más!
La mujer que ha tenido un hijo sabe que el solo hecho de sentir a ese pequeño ser dentro de sí durante todos esos meses, le despierta un amor natural hacia él. Imposible permanecer indiferentes ante ese milagro de Dios, como lo es la gestación y el nacimiento de un bebé. Las mujeres fuimos hechas para sentir todo eso, ¡¡no somos unas máquinas de hacer bebés!! Ser madre es la máxima experiencia de la mujer e implica tanto su cuerpo, como su alma y espíritu. La insensibilidad no tiene lugar en esto. Una verdadera mujer es una verdadera madre y su vientre es sagrado, porque está hecho para que allí se gesten sus propios y verdaderos hijos, frutos del amor y herencia preciosa de Dios.
"Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa". Salmos 127:3 NVI
Angélica García Sch.
Anuncios como éste, publicado en un periódico extranjero, se podrían ver en cualquier periódico mexicano a partir del primer día de Enero del 2011, si entrara en vigor la ley que ampara la maternidad subrogada o reproducción humana asistida o "vientre de alquiler", como algunos le llaman. El hombre sigue jugando a ser dios, a manipular la vida como a él se le antoja, sin tomar en cuenta al verdadero y único Dios y autor de la vida.
En el pleno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) esta iniciativa fue aprobada con nueve votos a favor y tres abstenciones. Esta ley permitirá que una mujer preste su útero para la gestación de un embrión y terminado el ciclo de nueve meses, deberá entregar el recién nacido a los padres biológicos, es decir a quienes aporten el óvulo y el espermatozoide. Deberá ser sin fines de lucro, se dice y se estableció que las mujeres sólo pueden prestar su útero dos veces. Los padres biológicos y la mujer que prestará su útero, tendrán que presentarse en la Secretaría de Salud del DF, para manifestar que desean realizar un contrato de maternidad subrogada. Los médicos determinarán si ambas partes están preparados física y psicológicamente para ello. El contrato deberá hacerse ante notario público y establecerá el compromiso de la mujer de entregar el bebé al momento de darlo a luz y los padres tendrán la obligación de recibirlo. La ley también estipula que podría interrumpirse el embarazo si hay riesgo para la mujer gestante o si hay alguna malformación en el "producto", decisión que correspondería a los padres biológicos. Es decir, que aparte de la manipulación genética, ¡también podrían ser practicados el aborto y la eugenesia!
Existen diversas formas para llevar a cabo la reproducción humana asistida y estas son: la inseminación artificial con fecundación interna, la fecundación externa a través de la fertilización “in Vitro”, la maternidad subrogada a través del arrendamiento de útero o alquiler de vientre y la clonación. No todos estos métodos son legales, pero quizá con el tiempo y a medida que aumenta la pérdida de la moral y los principios en la sociedad, los legalicen.
¿Cuál es la posición de los cristianos ante esta nueva "ocurrencia" de la sociedad actual? Por supuesto que debemos manifestarnos en contra de todo lo que sea opuesto a lo instituido por Dios. Dios estableció cómo debería llevarse a cabo la reproducción humana y nos dio una sola opción: que sea resultado del amor entre un hombre y una mujer, dentro del matrimonio. No nos dio opciones alternativas. Si así fuera, El hubiera buscado una madre sustituta para que Sara y Abraham pudieran haber tenido a Isaac, pues Sara estaba muy avanzada en años. Hubiera buscado también una madre sustituta para que María no corriera peligro de ser apedreada, al quedar embarazada de Jesús. ¡Esto hubiera sido una aberración sin nombre! Dios jamás hubiera hecho algo así, va en contra de lo establecido por El mismo. Por lo tanto, aunque la maternidad subrogada sea un acto plenamente lícito para la sociedad, no lo es para Dios. Los hijos son herencia de Dios y nadie que reciba una herencia, la da a guardar a manos ajenas.
En cuanto a que el "préstamo de vientre" deberá ser sin fines de lucro, es algo muy dudoso. Difícilmente una mujer querría pasar nueve meses de su vida con los trastornos de un embarazo, por nada. Aunque se dice que los gastos del embarazo en sí, correrían por cuenta de los padres biológicos, ¿qué otra ventaja vería la mujer a su favor? Lo más seguro es que los padres convenzan a la mujer por medio de una gratificación material. También, seguramente aparecerán mujeres con gran necesidad económica que se ofrezcan como madres sustitutas, a cambio de que les solucionen sus problemas financieros. Por lo tanto, la maternidad subrogada se convertiría en un comercio de bebés, una "maternidad a la carta". Posiblemente hasta se creen agencias que ofrezcan este servicio y proporcionen a sus clientes un catálogo de variados ejemplares de madres sustitutas. Y la mujer, por más que luche por su dignidad, se verá reducida a un objeto, a una máquina de hacer bebés, una vez más. "Mandar a hacer un bebé" no sería el propósito de matrimonios que no puedan tener hijos nada más, sería la realización de los sueños de las parejas homosexuales también. Igualmente, aquellas mujeres que no se quieren embarazar "para no perder la figura", podrán recurrir a la renta de un vientre ajeno, para tener un hijo sin afectar su cuerpo. ¡Es una aberración sin más ni más!
La mujer que ha tenido un hijo sabe que el solo hecho de sentir a ese pequeño ser dentro de sí durante todos esos meses, le despierta un amor natural hacia él. Imposible permanecer indiferentes ante ese milagro de Dios, como lo es la gestación y el nacimiento de un bebé. Las mujeres fuimos hechas para sentir todo eso, ¡¡no somos unas máquinas de hacer bebés!! Ser madre es la máxima experiencia de la mujer e implica tanto su cuerpo, como su alma y espíritu. La insensibilidad no tiene lugar en esto. Una verdadera mujer es una verdadera madre y su vientre es sagrado, porque está hecho para que allí se gesten sus propios y verdaderos hijos, frutos del amor y herencia preciosa de Dios.
"Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa". Salmos 127:3 NVI
Angélica García Sch.
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