Senda joven PERFECTA PAZ
>> lunes, 13 de septiembre de 2010
Tal parece que la paz que ofrece este mundo basada en el dinero, en la valentía, en las posesiones, en los conocimientos, en la muy utilizada y mencionada autoestima no es la mejor para nuestra vida como hijos de Dios. Esto es muy sencillo, el mundo no te puede ofrecer una perfecta paz como la que Jesucristo ofrece porque carece de ella. Pero, ¿cómo obtendremos la correcta paz? ¿Es posible vivir con esa paz?. Sin duda alguna, sí es posible vivir en la perfecta paz espiritual que Jesucristo nos ha dado ya a todos aquellos que hemos creído y puesto nuestra confianza en El. Muchos jóvenes han adaptado, copiado, implementado, llámalo como quieras, las costumbres de este mundo en las reuniones dentro de la iglesia (inclusive muchas de nuestras iglesias también lo han hecho), como si el mundo tuviera algo bueno que ofrecernos. Si nos detenemos un poco a considerar a nuestras “amistades” que no tienen su confianza puesta en Jesucristo vamos a notar un patrón de tristeza, de odio, de rebeldía, de desánimos, de vanagloria, de falta de aceptación, de desconfianza, de traición, de egoísmo, de violencia, de desamor, de vicios, etc...
Entonces debería ser al contrario, el mundo debería de copiarnos y desear toda la sanidad espiritual del alma y del cuerpo que Dios Padre nos ha dado a través de su Hijo Jesucristo. Esa capacidad de amar, de perdonar, de sonreír, de orar los unos por los otros, de soportarnos, de corregirnos en amor, de evangelizar, de discipular, de alabar, de adorar, de invertir nuestro tiempo para el bien común, de compartir, de ayudar, de llorar, de rendir nuestro corazón ante Dios, etc… el mundo ni siquiera la conoce porque solamente proviene de la propia paz de Jesucristo. Perfecta paz que sobrepasa todo entendimiento humano, esa paz que nos hace estar tranquilos en medio de los exámenes semestrales, en medio de la enfermedad y en medio de las amenazas de nuestros compañeros. En ninguna parte de la Biblia se habla de que viviremos en un lecho de rosas, pero sí encontramos que El estará con nosotros en medio de las dificultades dándonos gracia y paz. Debemos aprender día a día a mantener nuestro pensamiento en Cristo, y así las preocupaciones, ansiedades y problemas del mundo pasarán y no nos afectarán para que en nuestro corazón solamente quede la perfecta paz de Dios.
Daniel Jiménez
Entonces debería ser al contrario, el mundo debería de copiarnos y desear toda la sanidad espiritual del alma y del cuerpo que Dios Padre nos ha dado a través de su Hijo Jesucristo. Esa capacidad de amar, de perdonar, de sonreír, de orar los unos por los otros, de soportarnos, de corregirnos en amor, de evangelizar, de discipular, de alabar, de adorar, de invertir nuestro tiempo para el bien común, de compartir, de ayudar, de llorar, de rendir nuestro corazón ante Dios, etc… el mundo ni siquiera la conoce porque solamente proviene de la propia paz de Jesucristo. Perfecta paz que sobrepasa todo entendimiento humano, esa paz que nos hace estar tranquilos en medio de los exámenes semestrales, en medio de la enfermedad y en medio de las amenazas de nuestros compañeros. En ninguna parte de la Biblia se habla de que viviremos en un lecho de rosas, pero sí encontramos que El estará con nosotros en medio de las dificultades dándonos gracia y paz. Debemos aprender día a día a mantener nuestro pensamiento en Cristo, y así las preocupaciones, ansiedades y problemas del mundo pasarán y no nos afectarán para que en nuestro corazón solamente quede la perfecta paz de Dios.
Daniel Jiménez
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